Una de las mejores temporadas del año para compartir en familia, es la época navideña, una de las tradiciones que va de generación en generación es la elaboración de los tradicionales nacimientos, que recuerdan la llegada del mesías a la Tierra.
Cada año en distintas regiones del país, familias e instituciones buscan nuevas formas de recordar a través de esa tradición el amor del hijo De Dios por la humanidad.
Los hondureños le han dado un matiz diferente, reflejando en los nacimientos navideños acontecimientos nacionales, como el famoso fuera JOH.
El significado de cada obra de manos talentosas depende de la familia, quienes desean destacar las crisis del país se enfocan más que en el nacimiento de Jesús en los sucesos impactantes.
Los nacimientos más famosos de la capital son: el del arquitecto Fernando Martínez, exhibido en Plaza Miraflores; el de la familia Fuentes Zuniga, elaborado en el kilómetro 35 de la carretera que conduce al Oriente del país, a la altura del Valle de Yeguare; la familia Suazo, quien lo mantiene en la colonia Hato de Enmedio y otros.
La imaginación de los que hacen realidad cada año esta tradición es admirada por los pobladores que desean visitar las obras.
ORIGEN
Los orígenes de los nacimientos se remontan a la época de Giovanni Bernardone, conocido como Francisco de Asís (1182-1226), a quien se le atribuye que fue el primero en instalar un nacimiento viviente para ejemplificar el nacimiento de Jesús.
“Con la ayuda de otros creyentes, construyó una pequeña casa de paja y el portal, e invitó a todos los ciudadanos de ese lugar, a integrarse a la escena viviente, con José y María, el niño recién nacido, los pastores, y hasta un buey y un burro para mayor veracidad”, cita la leyenda.
