Pobladores estadounidense de Coal Grove, en Ohio se llevaron a enorme sorpresa cuando al abrir sus grifos de agua, el líquido que fluía por las tuberías era color morado.
Los habitantes realizaron las denucia a los encargados del tratamiento de aguas Coal Grove, quienes informaron que se trataba de un fallo en la depuradora del condado.
La falla trajo como consecuencia que una gran cantidad de permanganato de sodio (utilizado en algunas ocasiones para realizar lavados gástrico), se mezclara con el agua.
Al principio uno de los trabajadores del planta del tratamiento del agua Stephen Burchett, prohibió su consumo, pero posteriormente añadió que era adepto para su consumo ya que el químico no es peligroso para la salud.
Únicamente se prohíbe usarla para lavar ropa porque podría teñir la ropa si entra en contacto con ella y que el agua recupera su color normal en cuestión de horas.
